Literatura

Hay tantas autores y poetas que escribieron sobre la guerra sucia en Argentina, que pasó entre 1976 y 1983. Nosotros nos enfocamos en un poeta específico, pero al fin de esta página, puedes leer sobre otros autores notables del tiempo.

Juan Gelman: Poeta y activista argentina

https://asymptotejournal.com/blog/2014/01/27/remembering-juan-gelman/

¿Quien era Juan Gelman?

Gelman nació en 1930 en Buenos Aires, el capital de Argentina.

Él fue un poeta muy conocido y un activista izquierdista en contra de la junta militar.

Por su activismo, el necesitaba buscar exilio afuera de Argentina en Europa. Buscaba refugio en Italia, Madrid, España, y finalmente, en la Ciudad de México.

El falleció en 2014 a los 83 años en México.

Su judaísmo:

Gelman fue judío, su padre fuera un refugio de Ucrania, durante la revolución rusa, en que los zares fueron en poder.

Un hecho interesante sobre judíos argentinos durante la guerra sucia es que la población judía al tiempo en Argentina solo fue 1% del total en el país, pero entre 5% y 12% de los 30,000 desaparecidos fueron judíos.

En unas de sus poemas, Gelman usaba la lengua ladino. Ladino fue creado por los judíos Sefardís (de España y Portugal) y combina varias lenguas como hebreo, latino, español, turco, y griega.

A pesar de que la mayoridad de la poesía de Gelman no está en ladino, es interesante leer los poemas en ladino para ver esta parte importante de su identidad.

La historia de su familia:

Gelman fue un sobreviviente de la guerra sucia, pero sus hijos desafortunadamente fueron víctimas de la guerra. Su hija, Nora Eva fue capturado y torturado, pero sobrevivió. Su hijo, Marcelo fue capturada y matada. Y la esposa de Marcelo, Claudia, también fue capturada cuando estaba 7 meses embarazada. Ella día a luz a su hija, y casi inmediatamente después, fue matado.

La hija de Marcelo y Claudia, y la nieta de Juan, fue adoptado por una familia amiga de la junta militar en Uruguay y creció sin conocimiento de su historia real.

Carta abierta a mi nieto/a (1995):

Sobre la Carta:

Gelman escribió La Carta abierta a mi nieto/a el 12 de junio en 1995.

Unos temas importantes en la Carta incluyan la perdida, la paternidad, y la conexión intergeneracional.

Gelman escribió mucha poesía sobre la guerra sucia, pero esta carta es una manera más íntima para aprender su historia y como se afectaba la desaparición de sus hijos y la conocimiento que tuve una nieta (al tiempo no supe el género de su nieta) que no supe sobre su historia.

También la Carta ofrezca una perspectiva de alguien conocido en el país por su activismo y poesía sobre como la guerra afectaba él, y no solo ciudadanos normales.

https://www.scribd.com/document/451599429/Gelman-Juan-Carta-a-Mi-Nieto-o-Nieta

Haz clic para leer la letra de la Carta abierta a mi nieto/a aqui:

Dentro de seis meses cumplirás 19 años. Habrás nacido algún día de octubre de 1976 en un campo de concentración. Poco antes, o poco después de tu nacimiento, el mismo mes y año, asesinaron a tu padre de un tiro en la nuca, disparado a menos de medio metro de distancia. Él estaba inerme y lo asesinó un comando militar, tal vez el mismo que lo secuestró con tu madre el 24 de agosto en Buenos Aires y los llevó al campo de concentración Automotores Orletti, que funcionaba en pleno Floresta y los militares habían bautizado “el Jardín”.

Tu padre se llamaba Marcelo. Tu madre, Claudia. Los dos tenían 20 años y vos, siete meses en el vientre materno cuando eso ocurrió. A ella la trasladaron -y a vos con ella- cuando estuvo a punto de parir. Debe haber dado a luz solita, bajo la mirada de algún médico cómplice de la dictadura militar. Te sacaron entonces de su lado y fuiste a parar -así era casi siempre- a manos de una pareja estéril de marido militar o policía, o juez, o periodista amigo de policía o militar. Había entonces una lista de espera siniestra para cada campo de concentración: Los anotados esperaban quedarse con el hijo robado de las prisioneras que parían y, con alguna excepción, eran asesinadas inmediatamente después. Han pasado 12 años desde que los militares dejaron el gobierno y nada se sabe de tu madre. En cambio, en un tambor de grasa de 200 litros que los militares rellenaron con cemento y arena y arrojaron al Río San Fernando, se encontraron los restos mortales de tu padre 13 años después. Está enterrado en La Tablada. Al menos hay con él esa certeza.

Me resulta muy extraño hablarte de mis hijos como tus padres que no fueron. No sé si sos varón o mujer. Sé que naciste. Me lo aseguró el padre Fiorello Cavalli, de la Secretaría de Estado del Vaticano, en febrero de 1978. Desde entonces, me pregunto cuál ha sido tu destino. Me asaltan ideas contrarias. Por un lado, siempre me repugna la posibilidad de que llamaras “papá” a un militar o policía ladrón de vos, o a un amigo de los asesinos de tus padres. Por otro lado, siempre quise que, cualquiera que hubiese sido el hogar al que fuiste a parar, te criaran y educaran bien y te quisieran mucho. Sin embargo, nunca dejé de pensar que, aun así, algún agujero o falla tenía que haber en el amor que te tuvieran, no tanto porque tus padres de hoy no son los biológicos -como se dice-, sino por el hecho de que alguna conciencia tendrán ellos de tu historia y de cómo se apoderaron de tu historia y la falsificaron. Imagino que te han mentido mucho.

También pensé todos estos años en qué hacer si te encontraba: si arrancarte del hogar que tenías, o hablar con tus padres adoptivos para establecer un acuerdo que me permitiera verte y acompañarte, siempre sobre la base de que supieras vos quién eras y de dónde venías. El dilema se reiteraba cada vez -y fueron varias-, que asomaba la posibilidad de que las Abuelas de Plaza de Mayo te hubieran encontrado. Se reiteraba de manera diferente, según tu edad en cada momento. Me preocupaba que fueras demasiado chico o chica -por ser suficientemente chico o chica- para entender lo que había pasado. Para entender por qué no eran tus padres los que creías tus padres y a lo mejor querías como a padres. Me preocupaba que padecieras así una doble herida, una suerte de hachazo en el tejido de tu subjetividad en formación. Pero ahora sos grande. Podés enterarte de quién sos y decidir después qué hacer con lo que fuiste. Ahí están las Abuelas y su banco de datos sanguíneos, que permiten determinar con precisión científica el origen de hijos de desaparecidos. Tu origen.

Ahora tenés casi la edad de tus padres cuando los mataron y pronto serás mayor que ellos. Ellos se quedaron en los 20 años para siempre. Soñaban mucho con vos y con un mundo más habitable para vos. Me gustaría hablarte de ellos y que me hables de vos. Para reconocer en vos a mi hijo y para que reconozcas en mí lo que de tu padre tengo: los dos somos huérfanos de él. Para reparar de algún modo ese corte brutal o silencio que en la carne de la familia perpetró la dictadura militar. Para darte tu historia, no para apartarte de lo que no te quieras apartar. Ya sos grande, dije.

Los sueños de Marcelo y Claudia no se han cumplido todavía. Menos vos, que naciste y estás quién sabe dónde ni con quién. Tal vez tengas los ojos verde-grises de mi hijo, o los ojos color castaño de su mujer, que poseían un brillo especial tierno y pícaro. Quién sabe cómo serás si sos varón. Quién sabe cómo serás si sos mujer. A lo mejor podés salir de ese misterio para entrar en otro: el del encuentro con un abuelo que te espera.

La Reunión, 1999:

Foto de Miguel Rojo, Getty Images, encontrado en: https://news.lettersofnote.com/p/i-would-like-to-give-you-your-own

Arriba: Juan Gelman y su nieta Macarena (2012)

Entre el nacimiento de Macarena en cautividad en 1976 y la reunión entre los dos, Gelman siempre estaba buscando para ella, y escribió Carta abierta a mi nieto/a en 1995, durante esta búsqueda.

La Carta fue útil para encontrar a Macarena 4 años después, en 1999, y Gelman y Macarena reunieron por la primera vez en 2000.

La poesía de Gelman:

Gelman escribió más de 20 libros de poesía y cientos de poemas sobre una variedad de tópicos, y en varias lenguas (o traducidos).

Muchas de sus poemas fueron una vista entre su vida y experiencia con los impactos del golpe de estado.

Su primer libro de poemas, Violín y otras cuestiones fue publicado en 1956, y su último, Hoy, fue publicado en 2013.

Su poesía puede ser descrito como similar de la poesía de Pablo Neruda, una poeta y político famoso de Chile.

Unas de los libros de poesía de Gelman, imágenes encontrado en una búsqueda de Google “Juan Gelman books”

Bajo la lluvia ajena (2009):

Bajo la lluvia ajena by Juan Gelman | Goodreads
https://www.antartica.cl/bajo-la-lluvia-ajena-9788494595073.html

El libro Bajo la lluvia ajena de Gelman fue publicado en 2009, y tiene poemas en forma del fragmento. Fragmentos no son poemas en forma visual, y no son divididos en estrofas, pero el contenido es muy similar de un poema, e incluyan varias formas literarias que son similares de la poesía.

Unos de los fragmentos en el libro discutan su experiencia durante la guerra Sucia, su exilio, y sus sentimientos sobre Argentina después de la guerra.

Haz clic para leer la letra de “Fragmento I“:

Es difícil reconstruir lo que pasó, la verdad de la memoria lucha contra la memoria de la verdad. Han pasado años, los muertos y los odios se amontonan, el exilio es una vaca que puede dar leche envenenada, al menos algunos parecen alimentados así.

En la colonia exiliar argentina predomina la apatía política y de otro tipo. Se trabaja o no, se estudia o no, se aprende el idioma del país en que se está o no, se reconstruye la vida o no. Las mujeres pasan como ríos, se las quiere o no, se las conserva o no.

La necesidad de autodestruirse y la necesidad de sobrevivir pelean entre sí como dos hermanos vueltos locos. Guardamos la ropita en el ropero, pero no hemos deshecho las valijas del alma. Pasa el tiempo y la manera de negar el destierro es negar el país donde se está, negar a su gente, su idioma, rechazarlos como testigos concretos de una mutilación: la tierra nuestra está lejana, qué saben estos gringos de sus voces, sus pájaros, sus duelos, sus tormentas.

Son muy distintos a nosotros. No se preocupan verdaderamente de nosotros. No sufren la injusticia que nos pasó a nosotros. Los más solidarios tienen como vergüenza por nosotros. Es un problema de ellos, pero nos afecta a nosotros. Como si el diálogo entre extranjeros sobre algo aparentemente comprensible —el dolor de los unos— viniera envuelto por parte de los otros en pudores, candores, paternalismos, usos.

No nos vamos a poner de acuerdo nunca. Y seremos muchas veces injustos, tomando la humildad por soberbia, la reserva por falta de compromiso, la voluntad de no herir por la voluntad de no saber.

Así estamos de enfermos. Buscaremos compromisos con el Museo del Prado, con Santa María Maggiore, la Place de la Contrescarpe, el Paseo de la Reforma, las escaleras mecánicas de Caracas, el Hyde Park de Londres. Son compromisos de idiota y duran una idiotez. La maravilla pasa, el dolor queda. Como el fuego del alma, queda.

Queda.

¿Acaso el cielo no es el mismo? El cielo no es el mismo. ¿Dónde estará la Cruz del Sur sino en el sur? ¿No es el mismo sol? No: ¿acaso ilumina a Buenos Aires? Lo hace horas después, cuando yo ya no estoy. Color de cielo otro, lluvia ajena, luz que mi infancia no conoce.

Las voces del rocío se parecen a las voces del rocío. Una pequeña lengua lame y las diferencias, las distancia. Mi rocío del sur o cabellera o cristalina madrugada sobre los pechos del combate. No rocía lo mismo sobre el Mercado Común Europeo, el más común de los mercados.

Todos los hombres son humanos y lo que cabe en mí, debería caber en los demás. Y viceversa, porque todos los hombres son humanos. Quepámonos, humanos. Que quepa en mí el extraño mundo alrededor, sus egoísmos justificados, su decencia a parquímetro, su honradez de consumo, su fino individualismo brutal, su amor triste, la suciedad de sus higienes. Apenas tengo de ofrecerle los rayos de luz que iluminaban el combate por la dicha, las generosidades de la muerte, es decir, de la vida, los estallidos de la dicha, esta derrota por ahora.

Revolvamos la tierra con las manitas juntas. A lo mejor crece una planta de dos rostros, que necesita agua de los dos, y mira dos distancias a partir de la misma soledad. Así estaremos juntos, verdaderamente.

Sobre “Fragmento I”:

“Fragmento I” es el primer fragmento en el libro Bajo la lluvia ajena.

Es claro que el fragmento está hablando de los sentimientos y emociones de Gelman sobre la guerra sucia y sus efectos en su vida, incluso la desaparición de sus hijos, y el exilio que necesitaba tomar.

En el tercer estrofa Gelman dijo que “La necesidad de autodestruirse y la necesidad de sobrevivir pelean entre sí como dos hermanos vueltos locos.

Esta pelea es una vista entre las vidas de muchas personas que sobrevivieron cosas traumáticas en cuando sus familiares fallecieron. Esta culpa de sobreviviente es muy real y no es único de la situación de Gelman o la guerra sucia.

Otras autores y poetas notables argentinas durante la guerra sucia:

Como Gelman, autores y escritores en Argentina fueron afectado por la guerra sucia. Unos autores fueron exiliados, otros fueron matados, y otros fueron capturados, pero sobrevivieron.

Para aprender más sobre estos autores, hace clic en su nombre.

Liliana Heker autor y editor izquierdista durante la guerra sucia. No hay información sobre si estaba afectado por la guerra personalmente.

Julio Cortázar vivió en Francia antes de la guerra por sus opiniones anti-peronistas.

Antonio di Benedetto encarcelado y torturado en 1976, tomaba exilio en España cuando estaba liberado en 1977.

Rodolfo Walsh fundador de periodismo de investigación en Argentina. Falleció por la junta militar en 1977 un día después de la población de su Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar.

Alicia Partnoy estaba una desaparecida y prisionera por 2.5 años empezando en 1977. En 1979 tomaba exilio en los Estados Unidos.

Haroldo Conti desapareció y falleció en 1976 por la junta militar.